El Partido Conservador reitera una vez más su reconocimiento al derecho que asiste a la ciudadanía para manifestarse pacífica y civilizadamente frente a los actos de gobierno y solicitar a éste atención a los problemas que la inquietan, pero advierte su incomprensión y repudia los actos violentos y delictivos provocados a raíz de las movilizaciones o marchas permitidas por las autoridades por mandato de la ley.
Tienen los directivos y orientadores de los partidos, los sindicatos, estudiantes, organizaciones sociales económicas y religiosas altísima responsabilidad para con la sociedad en el tipo de reclamaciones o reivindicaciones que demandan del Estado.
No todas las apetencias ciudadanas son susceptibles de atención inmediata por las autoridades que los representan, y por lo mismo, la comprensión debe ser simultánea a sus pedimentos al gobierno. Gobierno y sociedad deben ser uno para la consecución de los fines del Estado y la responsabilidad los debe cobijar por igual.
El conservatismo, partido de orden y respetuoso de las autoridades, de la Constitución y de la ley, no puede comulgar con el caos y violencia con que avanzan o terminan las movilizaciones. Las autoridades están en el deber de cumplir con los mandatos de las normas que ordenan garantizar la vida, la honra y bienes de los ciudadanos.
Por ello, demandamos de las mismas dar con los responsables de los desmanes y aplicarles el castigo previsto en los códigos. La violencia no puede generar ni garantizar derechos.
El Partido Conservador respalda plenamente y sin vacilaciones al gobierno nacional. El señor presidente Duque fue elegido limpia y democráticamente por el pueblo colombiano. Se le eligió con un programa que se encuentra en ejecución y hay que apoyarlo para que lo cumpla bajo los parámetros en que fue elaborado. El presidente es la primera autoridad de la nación y simboliza la unidad nacional. Merece toda nuestra consideración y respeto. No son aceptables las desobligantes, descomedidas e irrespetuosas alusiones que algunos colombianos le lanzan y replican por las redes para tratar de disminuirle en sus valores y responsabilidades. Así no se hace patria.
Las fuerzas del orden, las militares y la policía, están instituidas para preservar el orden constitucional, garantizar el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz. Así lo dice la norma fundamental. No puede coartárseles en el ejercicio de sus deberes cuando lo hacen conforme a ley, en cumplimiento de sus funciones. Merecen todo nuestro acatamiento, consideración y devoción. No puede aceptarse el repudio que se les hace por sus actos en observancia de sus obligaciones. Todo nuestro amparo y apoyo para ellas.
La sociedad colombiana está desarticulada. Carlos Lleras dijo alguna vez que estaba “descuadernada”. Urge su reconfiguración. Una sociedad desbarajustada no puede convivir para el desarrollo y su bienestar. El señor presidente puede ser factor fundamental para estabilizarla sobre la base del fortalecimiento de los partidos y de las instituciones públicas y privadas y un diálogo inteligente y constructivo a la superación de los asuntos del país. De ése diálogo al que todos nos debemos, empezando por los partidos políticos, depende en buena parte el goce y bienandanza que la sociedad colombiana se merece.
Ómar Yepes Alzate · Presidente
Juan Carlos Wills · Vocero Cámara
Efraín Cepeda Sarabia · Vocero Senado
Martha Lucía Rodríguez · Secretaria General